PUÑO DE CAÑÓN DE LOS TRES EMPERADORES – El Kungfu de los guardaespaldas de Beijing
En el mundo occidental es fácil acceder a una gran variedad de estilos de Wushu. Instructores y/o maestros surgen por doquier promocionando sus conocimientos. Sin embargo, aún es posible tropezar con algún estilo que, fuertemente arraigado en la tradición china, mantiene una pequeña pero indiscutible dosis de misterioso hermetismo ante la demanda occidental. Éste es el caso del Sān huáng pào chuí quán o Puño de Cañón de los Tres Emperadores, estilo que, tal como afirma la tradición marcial heredada de los viejos ancestros, representa a Beijing (la capital del estado), desde tiempos inmemoriales.
Las antiguas crónicas sitúan las primeras referencias a finales de la dinastía Ming, cuando un tenaz monje del templo de Shaolin llamado Pǔ Zhào anduvo más de mil kilómetros hasta llegar al Monte Emei (provincia de Sichuan) en busca de un sacerdote taoísta experto en dicho estilo de lucha norteña.
Durante siglos de épica existencia, grandes exponentes del estilo han demostrado su valía en el campo de combate utilizando sus temidas técnicas explosivas. Dicho arte ha engendrado grandes y respetados pugilistas por todo el continente chino. El gran Sòng Mài Lún, apodado Puño de Dios, es uno de los más venerados. Destacado maestro de artes marciales en el batallón de la Máquina de dios que se enfrentó a los invasores japoneses durante el reinado del emperador Dàoguāng, fue asimismo fundador de la primera empresa de guardaespaldas del país, conocida como Jīngdū huìyǒu biāojú, Hermandad de Escoltas Armados de la Capital.
Sān huáng pào chuí quán un estilo altamente sofisticado para el combate, pero es indudable su capacidad para cultivar la salud física y mental del practicante al incorporar poderosísimos métodos de Qìgōng para el estudio de la emisión de la energía interna jí nèigōng, tales como: trabajo en el domino del poder psíquico o espiritual, tōng líng gōng, o trabajo en la técnica de la ley secreta de la fuerza superior interna, Shàngchéng nèigōng mìfǎ, etc.
Esta obra constituye un rigoroso testimonio del estilo y forma parte del preciado cuerpo de conocimientos de grandes maestros que se revela por primera vez en la historia al mundo occidental a través del Gran Maestro Wang Qi Lǎoshī, proclamado en su día número uno en el linaje de la novena generación de grandes descendientes de esta familia.